Benchmarking

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Se dice que una cafetería alcanzó el éxito empresarial basándose en la decoración del conocido bar de la película Pulp Fiction.

Y que un hospital estadounidense consiguió introducir mejoras en su servicio de urgencias tras llevar a cabo un exhaustivo análisis de la garantía de 30 minutos de Domino’s Pizza.

¿No te recuerda algo? Exacto. Sun Tzu, en El Arte de la Guerra.

 

“Si conoces a tu enemigo, te conoces a ti mismo”

Data del último tercio del siglo IV a.C. y esta frase constituye un buen ejemplo de Benchmarking.

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¿Qué es?

Aunque el Benchmarking no tiene un origen preciso, el término inglés benchmark sí ha sido habitualmente utilizado en el ámbito financiero.

En el mundo empresarial y de los negocios comenzó a utilizarse en Estados Unidos, a principios de la década de los 80, cuando Xerox inició un proceso denominado benchmarking competitivo como consecuencia de una crisis que impulsó la búsqueda de mejoras en sus procesos productivos.

Xerox trataba de averiguar por qué la competencia vendía sus productos al mismo precio cuando los que manufacturaba Xerox eran de mayor calidad.

 

El concepto moderno de Benchmarking se suele atribuir a Robert C. Camp, quien, en 1989, publicó el libro “Benchmarking: The search for industry best practices that lead to superior performance“, donde dio a conocer la experiencia de Xerox, ejemplo que, posteriormente, sería aplicado por empresas como Motorola, entre otras.

Actualmente, el Benchmarking constituye una herramienta estratégica relacionada con la búsqueda acelerada de la competitividad de las organizaciones mediante la realización de análisis comparativos.

 

Básicamente, esta técnica consiste en hacer una comparación entre un negocio y su competencia (tanto directa como indirecta), así como con empresas líderes en otras industrias o mercados, con la intención de descubrir y analizar cuáles son sus estrategias ganadoras y, en su caso, aplicarlas en la propia empresa.

Se lleva a cabo a través de un proceso sistemático y continuo de:

  • Investigación y búsqueda de información valiosa
  • Identificación
  • Comparación
  • Aprendizaje

de las mejores prácticas de otras organizaciones, del mismo sector o no, para posteriormente, adoptarlas y aplicarlas en los procesos de la propia organización.

 

Su objetivo es, por tanto, aportar elementos de juicio y conocimiento útiles a las empresas, a través del análisis de los mejores ejemplos existentes, de forma que les permitan identificar cuáles son los mejores enfoques que conduzcan a la optimización de sus estrategias y de sus procesos productivos.

La información recabada a través de la observación es lo que se utilizará como base para adoptar las oportunas decisiones y emprender las acciones necesarias para llevar a cabo los cambios dirigidos a la mejora de la competitividad.

No obstante, el Benchmarking no significa que todo lo observado se aplicará, sino que solamente se llevarán a cabo aquellas modificaciones que tengan sentido para la compañía.

El benchmarking, en definitiva, ayuda a las organizaciones a aprender de sí mismas y de las demás.

 

¿Sobre qué se puede aplicar el Benchmarking?

El Benchmarking tiene múltiples aplicaciones y en muy diferentes ámbitos dentro de las organizaciones. Prácticamente cualquier cosa que se pueda observar o medir puede ser objeto del Benchmarking:

  • Productos y servicios
  • Desempeño organizacional
  • Costes
  • Indicadores de calidad
  • Indicadores de producción
  • Procesos de trabajo
  • Recursos Humanos
  • Planificación estratégica a corto y largo plazo
  • Innovación
  • Etc.

 

¿Qué beneficios puede reportar?

Entre otros:

  • Favorece que las mejores prácticas se incorporen a los procesos de trabajo
  • Introduce a la empresa en la cultura del cambio y del aprendizaje continuo
  • Aumentar la probabilidad de satisfacer las necesidades de los clientes, de manera correcta y desde el principio
  • Ubica frente a la competencia (como punto de referencia)
  • Mejora la competitividad

 

Conclusión

Por todo lo dicho, el Benchmarking se presenta como una alternativa que puede llevar a las organizaciones a lograr mejoras que aumenten su rentabilidad y competitividad.

En la actualidad, constituye una de las prácticas de negocios más populares y efectivas, ya que no se limita a ningún área específica ni a un cierto tamaño de empresa.

De hecho, son muchas las empresas que lo utilizan cuando consideran necesario implementar cambios radicales en determinados procesos ligados a la consecución de estándares de calidad.

 

En los tiempo actuales, la competitividad no es un concepto de moda, sino una necesidad. Y, una forma de mejorar la competitividad es, sin duda, la mejora continua.

En la actualidad, el Benchmarking está reconocido como una herramienta fundamental para lograr esa mejora continua, ya que permite analizar y mejorar procesos claves del negocio, eliminando todo aquello que suponga derroche.

Su secreto: permite tomar decisiones en base a hechos que funcionan en otras organizaciones y no en base a la intuición.

 

En definitiva, el Benchmarking surge como una respuesta natural a la demanda de fórmulas que permitan no solamente subsistir, sino competir con éxito.

 

 

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