Una historia Real…33 kilómetros andando para llegar al trabajo.

Portada-1¡Es viernes! Y muchos de vosotros estaréis deseando que termine la interminable…semana y jornada laboral para poder ir a disfrutar de un merecido descanso.

Pues bien, aunque nos salgamos un tanto de la línea editorial del blog, y sobre todo de la temática habitual de mis post, os quiero dejar constancia de una historia que me ha impactado. Y que a buen seguro nos hará reflexionar…o por lo menos eso es lo que pretendo.

La historia va sobre James Robertson, un hombre de 56 años de la ciudad americana de Detroit (EEUU). El cual, de lunes a viernes se tiene que levantar a las 6 de la mañana para poder llegar a las 14:00 de la tarde a la fábrica de productos plásticos donde trabaja. Hasta aquí, diréis vosotros, lo normal; seguramente un tanto exagerado levantarse tan temprano para entrar a trabajar a las 14:00…

Lo extraordinario del asunto es que el pobre hombre no tiene dinero para poder pagarse un coche y por tanto tiene que recorrer gran parte de ese trayecto a pie. Y eso que lo separan 36 kilómetros (23 millas). En total, debe recorrer 66 kilómetros para ir y volver de un trabajo del que llega exhausto sobre las 4 de la mañana. Para poder “descansar” solo dos horas. Pues transcurrida las mismas tiene que volverse a ponerse en pie e iniciar una nueva jornada laboral.

La citada historia llegó a oídos de Evan Leedy, un estudiante de la Wayne State University de Detroit, que puso en marcha una campaña de crowfunding con la que esperaba recaudar unos 5.000 dólares para comprarle un coche. Para asombro de Leedy, la cantidad acumulada supera ya los 200.00 dólares.

Nuestro protagonista afirmaba que su historia es la de “mucha gente” y confesaba a la revista People “estar aturdido”; al tiempo que se lo tomaba como una señal de que es el momento de volver a conducir. Pero sobre todo de volver a dormir más de dos horas por las noches.

A la cadena televisiva americana CBS les explicaba cómo se mentalizaba para poder caminar tanto cada día y dormir tan poco; aludiendo que lo hacía sin excusas y afirmando que “si quieres algo, tienes que ir a por ello”.

Creo que este tipo de historias nos deben hacer reflexionar sobre la posición que ocupamos. Difundirlas para mostrar nuestra solidaridad y presionar a las distintas administraciones para que puedan poner soluciones a situaciones como esta en vez de generar muchas veces leyes sin sentido. Y que decir tiene, que este tipo de situaciones deberían de estar recogidas en las Leyes de Prevención de Riesgos Laborales y dar una solución al problema.

Y sobre todo un diez a las campañas de crowfunding y a todos los internautas que participan en ellas.

Os dejo con un pequeño video donde podemos ver de forma resumida la historia de nuestro protagonista.

http://youtu.be/PUh6XIeD7Y0

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