Síndrome de Burn Out en el trabajo

Qué es el Síndrome del Burnout

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¿A qué alguna vez has pensado…? “Estoy quemado/a del trabajo”.

Pues el Síndrome del Burnout hace referencia, precisamente, a esto.

Aunque en muchas ocasiones se utiliza con cierta ligereza como sinónimo de fatiga, su naturaleza es más compleja y sus repercusiones de gran importancia.

Este post busca explicar, de forma breve y sencilla, sus causas y síntomas, así como proponer algunas medidas para su prevención.

¿Qué entendemos por burnout?

También conocido como síndrome de desgaste ocupacional o profesional, el Síndrome del Burnout se encuadra dentro de los riesgos psicosociales relacionados con el excesivo nivel de trabajo.

En muchas ocasiones, en lenguaje coloquial, se habla de burnout para hacer referencia a un simple cansancio o fatiga.

Sin embargo, estos términos no son suficientes o adecuados para abarcar su verdadera dimensión y/o naturaleza.

En realidad, el burnout es más que el cansancio habitual que puede ser reparado con un poco de descanso.

Este síndrome engloba una serie de padecimientos a nivel psicológico, físico, social y laboral, que se producen como respuesta a presiones prolongadas que una persona sufre ante factores estresantes emocionales e interpersonales relacionados con el trabajo.

Se trata de una situación que se va generando progresivamente hasta desembocar, en muchas ocasiones, en un estado de incapacidad para continuar con el trabajo habitual.

Independientemente de la definición particular de los diferentes estudiosos en el campo, lo cierto es que el burnout es una condición que llega a quemar o agotar totalmente a la persona que lo sufre.

Cada vez afecta a más trabajadores y, actualmente, el burnout ya es una enfermedad descrita en el Índice Internacional de la Organización Mundial para la Salud ICD-10, como “Z73.0 Problemas relacionados con el desgaste profesional (sensación de agotamiento vital)”, dentro de la categoría más amplia Z73 de “problemas relacionados con dificultades para afrontar la vida”, lo que llega a denotar la importancia de este padecimiento a nivel mundial.

Causas que llevan al burnout

persona afectada por el síndrome del burn out

Aunque el abanico de causas que pueden dar lugar al Síndrome del Burnout es amplio, un trabajador puede padecerlo por el hecho de estar expuesto, durante un largo periodo de tiempo, a situaciones laborales que impliquen:

  • Dedicación y entrega hacia terceros (por ejemplo, profesionales de la enseñanza, salud, trabajadores sociales, relaciones con clientes, etc).
  • Largos horarios de trabajo junto a ambientes laborales deteriorados.
  • Un elevado nivel de exigencia y de requerimiento de energía o de recursos personales del trabajador.
  • Realizar trabajos excesivamente físicos sin los recursos necesarios para llevarlos a cabo adecuadamente como, por ejemplo, la falta de personal, el escaso margen de tiempo o trabajar bajo condiciones de presión y estrés.
  • Existencia de factores organizacionales que dificulten la realización de la labor del trabajador (por ejemplo, ausencia sostenida de recursos)
  • Falta de seguridad laboral.
  • También puede darse en personas con un nivel alto de autoexigencia, perfeccionistas, con dificultades para delegar, o concentradas en su rendimiento y superación profesional.
  • Falsas expectativas del trabajador no cumplidas, bajos niveles de desafío, autonomía, apoyo, etc.

Por tanto, vemos como el burnout puede presentarse en condiciones tanto a nivel de la persona (referentes a su tolerancia al estrés y a la frustración, etc.), como organizacionales (deficiencias en la definición del puesto, ambiente laboral, etc).

Síntomas

Quien padece el Síndrome del Burnout, habitualmente, suele presentar algunos de los siguientes síntomas:

En el entorno laboral

  • Falta de energía y sensación de abatimiento desde el inicio de la jornada laboral.
  • Disminución en la calidad o productividad del trabajo.
  • Aumento del absentismo.
  • Incapacidad para concentrarse en el trabajo y para desconectar fuera de la jornada laboral.
  • Actitud negativa y deterioro de las relaciones con los compañeros.
  • Disminución del umbral para soportar la presión.
  • Sentimientos de frustración y fracaso al no conseguir los resultados deseados a pesar del esfuerzo invertido en las tareas, así como disminución del sentido de realización.

 

A nivel físico

  • Insomnio.
  • Deterioro cardiovascular.
  • Migrañas.
  • Pérdida de peso.
  • Desórdenes gastrointestinales.
  • Etc.

Esto deriva, en muchos casos, en el abuso de fármacos y en la aparición de enfermedades psicosomáticas, también signos característicos de este síndrome.

A nivel psicosocial

  • Deterioro de las relaciones interpersonales.
  • Irritabilidad, impaciencia, negatividad, dificultad de concentración, ansiedad, distanciamiento de otras personas, llegando a mostrarse frío e indiferente hacia las personas atendidas y con los compañeros de trabajo.
  • Sobrecarga emocional.

¿Qué hacer?

La primera cuestión a tener en cuenta es que, toda persona que crea padecer Síndrome de Burnout debe, ante todo, tomar conciencia de su situación y de que no se encuentra en las condiciones óptimas para continuar desempañando, de forma adecuada, su trabajo.

solicitar ayuda ante el síndrome del Burn Out

A partir de aquí, algunos de los mecanismos a los que se puede prestar atención y que se deben fomentar para prevenir el burnout son, entre otros:

  • Autoanálisis. Es importante identificar qué factores pueden llegar a desembocar en un Síndrome del Burnout, reconociendo nuestros límites y aprendiendo de nuestros errores.
  • Revisar, de forma constante, los objetivos laborales, con el fin de que éstos sean realistas y alcanzables, así como los métodos para la evaluación del desempeño y las cargas laborales, teniendo en cuenta nuestra capacidad y nuestras limitaciones, según el autoanálisis anterior.
  • Trabajar mejor en vez de más, realizando pequeños cambios que pueden hacer el trabajo menos estresante y más eficiente, así como diferente, intentando huir de la rutina.
  • Acentuar los aspectos positivos. Pensar en los éxitos y gratificaciones personales que obtenemos de nuestro trabajo, así contrarrestaremos las frustraciones y los fracasos.
  • Separar el ámbito laboral del personal, aprendiendo a desconectar al finalizar la jornada realizando actividades que lo faciliten, como por ejemplo, deporte, relajación, aficiones, hobbies, etc.
  • Fortalecimiento del espíritu de trabajo en equipo, de cooperación y de valores que lleven a un mejor ambiente de trabajo.
  • Evaluación constante del clima y cultura laboral, incluyendo aspectos asociados con el burnout.
  • Estableciendo mecanismos que promuevan la seguridad laboral.

 

Del análisis de lo anteriormente expuesto, se observa cómo algunos de estos mecanismos de actuación se refieren a la estructura laboral o a la descripción del trabajo o sus metas; otros implican el monitoreo constante de variables humanas en el clima laboral.

Por tanto, es importante utilizar mecanismos de retroalimentación entre empresa y trabajador: evaluaciones de satisfacción, evaluaciones de desempeño o encuestas de clima laboral.

También existen herramientas psicométricas que pueden ser aplicadas en una organización (por ejemplo, el MBI o Inventario Maslachde Burnout).

La adecuada combinación de los recursos anteriores, así como su utilización sistemática, y por supuesto, estar formado en este tipo de problemas psicosociales, pueden ser un gran factor para prevenir el Síndrome del Burnout.

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