Según los grandes expertos en marketing, recibimos de media, diariamente, unos 1.000 impactos publicitarios de muy diverso tipo. Este hecho provoca que nos volvamos reticentes a la publicidad y a las estrategias de mercadotecnia. Se atisba un problema en el sector, pero queda un resquicio inexplorado, hasta el momento, que podría representar una revolución en lo que a la forma de influir en las decisiones de compra de los consumidores se refiere, se trata del Marketing Onírico.
Por definición, entendemos el Marketing Onírico, como la teoría que afirma que es posible influir en las decisiones de los consumidores mediante la utilización de estrategias de marketing mientras estos duermen y sueñan, actuando directamente en su subconsciente, durante la fase REM.
Se ha utilizado históricamente la publicidad subliminal, como la vía para influir en la psique humana, sin que resulte evidente y descarada, sino con sutiles, y en ocasiones imperceptibles, señales y mensajes.
Todos aprendemos mientras dormimos. Aunque aún se desconocen todos los entresijos de los procesos que se desencadenan durante el sueño, lo que sí se ha descubierto, por el control de la actividad cerebral, es que mientras dormimos se consolidan los conocimientos y recuerdos adquiridos durante el día. Neurológicamente hablando, los recuerdos «a corto plazo» se mudan del hipocampo a la corteza cerebral para ser almacenados a «largo plazo». En resumen, para que realicemos un buen aprendizaje y se nos grabe para siempre de forma inconsciente la información que vamos adquiriendo, es imprescindible el sueño y un buen descanso.
La reflexión que cabe hacerse es: «si es posible o no, aplicar las técnicas de publicidad subliminal para provocar que mientras dormimos soñemos con una marca o un producto determinado»
Este es un campo teóricamente inexplorado en el mundo del marketing y más concretamente de la publicidad, y digo teóricamente, porque no son pocos los casos de personas que afirman haberse despertado un día, con la imperiosa necesidad de tomarse una determinada marca de café, una determinada marca de bebida refrescante o incluso querer comprarse, desaforadamente, una determinada consola de videojuegos para poder jugar con élla.
Es muy complicado llegar a saber, a ciencia cierta, si algunos anuncios publicitarios, ejercen sobre nuestro subconsciente la suficiente influencia, como para hacernos soñar con ellos por la noche, pero no parece descabellado pensar que se puede estar investigando sobre el tema, en las más importantes multinacionales a nivel mundial. Si estas grandes empresas pudieran conseguirlo, serían capaces de fidelizar a sus clientes y tratar de adquirir otros nuevos, de la forma más efectiva jamás lograda.
Los sueños siguen siendo ese terreno mágico e inexplorado de la mente humana en donde se afianzan nuestras expectativas, planes y deseos; que ocurriría entonces si un anuncio que vemos justo antes de irnos a dormir fuera lo suficientemente impactante o inspirador, como para llegar a introducirse en nuestros sueños subconscientes a lo largo de la noche, me pregunto si no sería posible que tras soñar con un anuncio de Coca-Cola que me evoca sensación de bienestar, me pueda levantar, al día siguiente, con una gran sed y con unas ganas irrefrenables de beberme una lata de esta conocida marca de refrescos.
Mi opinión es que es biológicamente posible condicionar nuestros sueños, el mundo de la ciencia ficción se ha aproximado a esta teoría en los últimos años, como es el caso de la película «Origen», de la cuál os quiero mostrar un par de vídeos, donde se resalta esta posibilidad:
Bien es cierto, que se trata de una película de ficción, pero no es descartable que, con el nivel de avance tecnológico que vivimos en la actualidad, pueda ser posible, en un horizonte no muy lejano, que se puedan llegar a controlar los sueños y, por consiguiente, nuestros hábitos de compra diarios.
«Si deseas que tus sueños se hagan realidad, ¡despierta!»
Ambrose Bierce (1842-1914) Escritor estadounidense